La búsqueda del pasado
(El cultural, Abc, Madrid, 16 de octubre de 2010)
SALVATIERRA La última novela de Pedro Mairal está urdida con un delicado simbolismo. Se lee con tal facilidad que el lector sospecha de que cada detalle está concebido con minuciosa premeditación para contribuir a una trama que quiere ir más allá de lo narrado. La historia sucede en Argentina, a orillas de ese río que la une y la separa de Uruguay, pero podría suceder en Polonia o la India y en cualquier época Sumariamente el argumento transcurre así: tras la muerte de su padre, el protagonista emprende una búsqueda para conocer a aquel Salvatierra del que procede. Pero este resumen freudiano es insuficiente porque con cada detalle que el narrador incorpora descubrimos un nuevo espacio de significaciones. La rumia de Miguel Salvatierra sobre el pasado la alimenta una incómoda herencia: el padre pintó durante años un gran cuadro que, como un larguísimo mural chino, avanza en el tiempo consumiendo metros y metros de tela. En esa magna cinta dibujada con la paciencia de los años está todo: es un gran libro de memorias, una caja de Pandora, un complicado río de imágenes que representa el río del tiempo y, para mayor virtuosismo, simula el infinito, pues el principio y el fin se anudan. Atmósfera opresiva ARTURO GARCÍA RAMOS |